
"BAR" Autónomos, Emprendedores, Pymes, Economía, Fiscal, Energías Renovables, artículos de opinión...aderezado y condimentado con un poco de música. "Tertulia de Taberna", ni somos escritores ni pretendemos serlo solamente nos hemos visto involucrados en esta vorágine de redes sociales y aquí estamos.
miércoles, 11 de julio de 2012
Producción #agricola y seguridad alimentaria
Luis Trillo – Ingeniero de SICA AgriQ.
Entendiendo producto agrícola como un alimento y debido a los últimos avances en producción junto a la creciente exigencia del consumidor final, el objetivo está claro: producir alimentos seguros e inocuos.
En los tiempos que corren cualquier “despiste” o práctica inadecuada sobre el cultivo se paga demasiado “cara”, incluso hay veces que de forma inmediata se ve reflejada en los medios de comunicación con relativa facilidad y en algunos de los casos con cierto grado de desconocimiento en la materia. Esto ha provocado en el consumidor final cierto miedo o recelo al consumo, al igual que en los propios distribuidores. Así pues en la actualidad ya no sólo “comemos por los ojos”, ahora también exigimos un control que garantice la inocuidad del producto.
Hoy en día esperamos una agricultura que garantice alimentos seguros, y al mismo tiempo respetuosos con el medio ambiente. De este modo se ha evolucionado de forma “obligada” debido a las exigencias de los mercados.
No hay que olvidar la finalidad de la producción agrícola desde el punto de vista del agricultor: se busca un incremento en los rendimientos con el consiguiente aumento de ingresos, al fin y al cabo es un “negocio”. Por otra parte hay que entender que una explotación no es una “fábrica de tornillos” y que a menudo se presentan problemas externos al cultivo que pueden mermar la producción y variar la “rentabilidad”. Con esto no pretendo justificar las prácticas inadecuadas. Estos problemas han sido corregidos con el uso de productos químicos, conocidos como plaguicidas o fitosanitarios.
El inconveniente del abuso en el uso de fitosanitarios y pesticidas se ve reflejado en la destrucción de organismos “beneficiosos” o predadores naturales de las posibles plagas, conjuntamente con el aumento de resistencia a estos productos y contaminación del medio ambiente.
Los plaguicidas cumplen un papel muy importante en el control de pérdidas motivadas por plagas, sin embargo para cumplir con las exigencias del los mercados sólo pueden utilizarse únicamente cuando su uso esté justificado, seleccionando aquellos productos más selectivos, de baja toxicidad y máxima seguridad.
Se debe prevenir la presencia de residuos o disminuir sus niveles, mediante el uso en base a recomendaciones técnicas, aumentando los plazos de seguridad en la medida de lo posible y minimizando los tratamientos muy cercanos a la fecha de recolección.
De los diferentes peligros químicos asociados a la producción, los plaguicidas y específicamente los residuos que se derivan de su aplicación, son un grupo de control y condicionan la puesta en mercado de los productos.
Recordando el concepto de residuo, el Codex Alimentarius ha definido residuo de plaguicida como cualquier sustancia o sustancias presentes en un producto alimenticio de consumo humano o animal, resultante de la utilización de un plaguicida, incluyendo también cualquier derivado específico, producto de degradación o conversión considerado toxicológicamente importante.
Los niveles de residuos que vamos a encontrar dependen directamente del uso adecuado de los plaguicidas: dosis, frecuencias de aplicación, plazos de seguridad, naturaleza química, degradación, tipo de cultivo y factores climáticos entre otros.
Dentro del afán de sobreprotección del consumidor, los países destino han establecido sus propias normas, regulaciones, restricciones y limitaciones para el uso de plaguicidas. Han llegado a establecer sus propios Límites Máximos de Residuos, en la mayoría de casos muy por debajo del LMR europeo. De esta forma los exportadores y los productores se enfrentan a otra exigencia: los clientes en Europa les envían listados de plaguicidas “restringidos” que en muchos casos exceden las regulaciones de los mercados de destino.
El Límite Máximo de Residuo o tolerancia, es la cantidad máxima de residuo de un determinado plaguicida sobre un determinado producto, permitida por la ley. Es un concepto legal, que no es indicativo en algunos casos de la toxicidad de un plaguicida. Para el cálculo de LMR´s se tienen en cuenta junto con los aspectos toxicológicos, los niveles de residuos resultantes de la práctica agrícola aprobada así como datos de consumo del alimento y la evaluación del nivel adecuado de protección al consumidor.
Otro tipo de exigencia impuesta son protocolos privados de BPA (Buenas Prácticas Agrícolas). Tienen carácter preventivo y reúnen todas las condiciones para garantizar la inocuidad, respeto y protección del medio ambiente, junto a la seguridad y salud del trabajador. Un ejemplo de estas prácticas son las englobadas en GLOBAL G.A.P. Hoy en día su certificación es exigida por los compradores europeos.
Así pues en la actualidad se puede afirmar que debido al uso razonable de pesticidas junto a los excelentes y exigentes controles realizados sobre el producto podemos tener la certeza de consumir productos seguros.
Fuente: http://www.laboratoriosanalisisplaguicidas.com/
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