![]() |
Por Fran Montoya Batlles |
Los primeros almacenes en etiquetar sus productos fueron en París el “Bon Marche” de Arístide Boucicaut, hacía el año 1852.
Recordar que hasta la fecha los precios eran objeto de negociación entre el comerciante y el cliente. Estos almacenes dan origen a la gran revolución del comercio, la cual generó múltiples teorías, formas y maneras sobre la venta de autoservicio, hoy conocida como merchandising.
Fue pionero en mostrar el producto en estanterías donde el cliente estaba en contacto con las mercaderías, las prendas, los objetos, de esta forma cliente y producto estarán a partir de entonces en pleno contacto, ya no hay barreras entre ambos siendo la propia mercadería la que se vende sola frente al consumidor.
"Una catedral del comercio, para un poblado de clientes" Así hablaba Émile Zola de Le Bon Marché en su libro 'El Paraíso de las Damas' (Au Bonheur des Dames 1883).
En Almería, -salvando las distancias-, no sería hasta el año 1913 "El Nuevo Mundo" o Casa Ferrera como aún perdura en su fachada principal, los pioneros en marcar sus productos de venta al público, así como las primeras publicidades a modo de marketing insertadas en periódicos locales.
Lo mejor de la historia es que nos enseña que irán surgiendo nuevos "ARÍSTIDES" capaces de ir innovando para atraer más clientes con formas nuevas y agradables que inviten a la compra que es en definitiva lo que busca cualquier negocio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario